Las calderas y estufas de pellets son aparatos muy valorados por los consumidores en los últimos tiempos. La facilidad para adquirir combustible, su bajo precio y el respeto por el medio ambiente de este sistema han convertido a este tipo de calefacción en una apuesta segura para aquellas personas que desean llevar su hogar al siglo XXI. Esta semana, desde el blog de Chimeneas Llofrío, queremos contarte algunas curiosidades sobre este tipo de calefacción que crece cada día en nuestro país.
El primer contacto con una caldera de pellets suele ser chocante para el consumidor. ¿Cómo funciona? ¿Qué combustible emplea? ¿Es segura? ¿Cuál es su consumo medio? Para comenzar, es fundamental tener claro qué es el combustible biomasa. La mayoría de estas estufas o calderas emplean pellets, es decir, pequeñas pellas o tacos de serrín compactado. Obtenido a partir de limpiezas forestales, el serrín que forma los pellets ayuda a mantener el entorno, ya que estas limpiezas evitan incendios, no son agresivas con el entorno y son sostenibles, ya que se realizan de manera periódica.
Por otra parte, el mundo de los combustibles biomasa no acaba aquí, y algunos modelos de calderas tienen esto en cuenta, incluyendo la posibilidad de emplear otros combustibles además de los pellets, como granos de maíz o cáscaras o huesos de algunos frutos. Este tipo de combustible biomasa es el resultado de numerosos procesos industriales, normalmente ligados a la industria alimentaria, y que reciclan este tipo de residuos en forma de potente combustible para los hogares.
En cuanto a la complejidad de los sistemas de biomasa/pellets es interesante saber que la gran mayoría de ellos presentan una mayor comodidad de uso que las estufas o chimeneas ordinarias. A este punto a favor se une a otra gran ventaja: la alta eficiencia en la combustión. Los modelos de calderas de pellets incorporan un receptáculo de almacenaje del combustible en la misma caldera denominado tolva, de esta manera, es posible cargar la máquina con el combustible suficiente para un uso prolongado. Las tolvas medias que encontramos en estas máquinas oscilan entre los 15 y 70 kg de carga, lo cual permite proveer al sistema de combustible incluso durante días. Para abastecer de combustible desde la tolva, un tornillo sin fin alimenta de forma automática la cámara de combustión a mayor o menor velocidad, dependiendo de la temperatura establecida mediante termostato.
Los residuos de este sistema son mínimos, apenas un poco de ceniza como resultado de la combustión. Por otra parte, los gases también son menores que otros sistemas convencionales, por lo que la instalación de salida de humos no es tan compleja como resulta en chimeneas de leña.
Es importante destacar que, en la actualidad, las estufas de biomasa a base de pellets son comercializadas en diferentes tamaños, lo que permite cubrir las demandas de acondicionamiento de viviendas completas -e incluso las de grandes edificios-, pero también las de pequeñas estancias.
Al elegir un aparato de leña o pellet es importante adquirir aquel que posea un tamaño adecuado para el espacio que se desea calentar. Una pequeña estufa de peleas es capaz de calentar varios espacios; sin embargo, cuando se precisa de un sistema de calefacción central, también es posible adquirir una caldera que centralice la combustión y distribuya aire caliente, a través de la vivienda con un sistema de ventiladores. Este sistema tan interesante se está instalando en edificios públicos concretamente en colegios y hospitales de países con tantas necesidades de acondicionamiento como Suecia o Finlandia, y lo están haciendo con excelentes resultados. Y no es de extrañar, ya que además del respeto al medio ambiente, estos sistemas garantizan la eficiencia energética, pues presentan un rango de eficiencia de en torno al 80 % en algunos casos.