Consejos para mantenimiento de una chimenea de leña
Un buen mantenimiento es imprescindible, sobre todo en el caso de que nuestra vivienda tenga instalada una chimenea de leña tradicional. Evitar la posibilidad de incendios o humo es el principal interés de los diseñadores y artesanos que han logrado mejorar la seguridad de las chimeneas hasta convertirlas en un elemento de lo más seguro.
Sin embargo, el mantenimiento, como ocurre en cualquier ámbito, es esencial no sólo para impedir cualquier tipo de problema, sino también para alargar la vida de nuestra chimenea, mejorar su rendimiento y su eficiencia. Los propietarios de una chimenea deben prestar atención a su instalación y en caso de que ésta sea antigua, vigilar problemas como escapes de humo o ineficiencia energética.
Si su chimenea es muy antigua, es más que conveniente que se ponga en contacto con profesionales, preferiblemente con instaladores profesionales de este tipo de elementos, ya que éstos conocen de primera mano los peligros y problemas que se presentan en las chimeneas con el paso de los años. En caso de que detecten problemas de seguridad, podrán asesorarle con facilidad, presentándole posibles soluciones y presupuestos adaptados a sus necesidades.
Es común que muchas instalaciones antiguas carezcan de elementos tan sencillos como pantallas de cristal que impidan los escapes de humo, brasas o ceniza fuera del hogar. Este tipo de mamparas tienen un precio muy asequible considerando las posibles consecuencias de no instalarlas. Asimismo, son muchas las parejas primerizas o que adquieren una mascota las que se acercan a consultar la posibilidad de instalar este elemento de seguridad.
Otro de los cambios por los que muchos propietarios de antiguas chimeneas optan es la mejora de la eficiencia energética. Si cree que su antigua chimenea consume demasiada leña, es muy probable que esté en lo cierto. Muchas instalaciones antiguas presentan menos capacidad para calentar que sus hermanas de metal, específicamente diseñadas para ese propósito. Aprovechando el tiro de su antigua chimenea, los instaladores insertan chimeneas más modernas y eficientes, que también mejoran considerablemente la seguridad de su vivienda.
Eliminar la ceniza
Para mejorar la eficiencia de una chimenea de leña el primer paso es mantenerla limpia de restos de ceniza. De esta forma, el hogar se mantiene ventilado de forma adecuada y la combustión de la leña puede controlarse apropiadamente. Por esta razón, es imprescindible eliminar los restos del fuego anterior antes de iniciar el siguiente.
Limpiar las mamparas o puertas de las chimeneas
En caso de que nuestra chimenea disponga de este tipo de elementos, deberemos ser cuidadosos también con su limpieza. En ellas se acumula hollín y cenizas. Si la compuerta ha permanecido abierta durante la combustión de un fuego, las cenizas pueden acumularse en el marco de la misma e impedir el cierre hermético de la misma. De ser así, la corriente de aire resultante avivaría en fuego y se perdería eficiencia, ya que la leña se consumirá más rápidamente.
Limpiar el fondo de la chimenea
Es la parte que más se estropea y que requiere de mayores cuidados si queremos mantener nuestra chimenea como el primer día. Para ello debemos proceder tras haber limpiado el resto de elementos. Dependiendo de la superficie -roca, metal, ladrillo, etc. – deberemos hacerlo con los productos adecuados con el fin de no dañar el material Para esta tarea, nada mejor que consultar con el fabricante.
Existen distintos tipos de leña
Dependiendo del tipo de madera, la edad de los árboles de la que procede o la humedad de la leña, el fuego resultante de su combustión poseerá un poder calorífico y una velocidad distintos. El almacenamiento de la leña también es un factor fundamental si buscamos el fuego perfecto. En ambientes húmedos, no es conveniente almacenarla al aire libre; mientras que en los lugares con climas muy secos y cálidos durante algunas estaciones, puede ser peligroso hacerlo en estancias de la casa como garajes o buhardillas.